Los poemas se leen, no se escuchan

“El único poeta cusqueño de verdad se llama Odi Gonzáles, el resto es aficionado”. Me repite (los últimos años) esa señorita extrajera que recibe libros como si de volantes discotequeros se trataran. Incrédulo, he venido visitando librerías, recitales y blogs para buscar apellidos con los cuales replicar temeraria sentencia. Cierto es que, el amauterismo de los versos no es monopolio para poseros, esto gracias a gente sincera pero también conchuda. Amigos míos, llevo bastante kilometraje escuchando cosas como “calles vacías”, “cielo estrellado” o la tristemente célebre “me miro al espejo” para la construcción de poemas locales. No, no he claudicado, vengo recolectando versos dispersos en una carpeta del computador. SI SE PUEDE le puse. Ahí dentro, hay mucho retazo, cortesía del decoroso pero irregular trabajo de los vates del centro histórico y alrededores. O sea acasito nomás.

“Sin trago no sale, cholo”, fue lo más (torpemente) estimulante que logré escuchar del susurro de un participante de La Celebración de Poesía Cusqueña. Una actividad organizada por El Proyecto de la Cultura Tradicional y Arte Vivo de la Municipalidad del Cusco. ¡Cerquita estuve pues wayquichas!. Con ese pésimo equipo de amplificación del local (indigno para oídos y gargantas sensibles), cualquiera pide devolución por los arbitrios atrasados. Entre arrebatos verbales y tiros fotográficos, levantaba con cuidado las orejas, agradecidas sólo con las intervenciones de la maternal Soledad Aráoz y el inacabable Guido Núñez del Prado (que músico es).

“Estoy aburrida, no escucho nada, salgamos por favor”. Mi acompañante se queja, la abrazo y por primera vez le hago caso. Una lástima. Pienso eso mientras veo el nervioso ambiente que dejo. Parece que en el Cusco los poemas están destinados a leerse en secreto y si son de Odi Gonzáles, mejor.

P.d: Esto iba a ser una crónica sobre la actividad, pero me fui antes de la intervención sonora de Nacho Choque y de la mesa Dream Team (Yauri, Piwy, Chávez, Dávalos, los dos primeros coordinadores de la actividad).

Felicito la iniciativa, mi paciencia es la que regaña.