5. Garganta Profunda (Deep Throat, 1972)
Fue una película barata y mal hecha pero registraba un acto insólito para las pantallas: un pene totalmente capturado por la boca de una mujer. […] Los gringos se alocaron, el porno pasó al frente: espectadores, periodistas, sacerdotes y jueces no hacían más que preguntarse: ¿Ya viste Garganta Profunda? […].
4. Tras la puerta verde (Behind the green door, 1973)
[…] es una película muy de la generación del LSD y el bate. Tiene un estilo que evoca la atmósfera de un sueño erótico. Un camionero hace una parada en un bar donde le cuentan una extraña historia. Una joven es secuestrada, hipnotizada y obligada a ser el centro de un espectáculo sexual para el deleite de personas enmascaradas. Sin pronunciar ni una línea de dialogo, el cuerpo de Chambers desafía tabú tras tabú, incluso el sexo interracial […].
[…] es una película muy de la generación del LSD y el bate. Tiene un estilo que evoca la atmósfera de un sueño erótico. Un camionero hace una parada en un bar donde le cuentan una extraña historia. Una joven es secuestrada, hipnotizada y obligada a ser el centro de un espectáculo sexual para el deleite de personas enmascaradas. Sin pronunciar ni una línea de dialogo, el cuerpo de Chambers desafía tabú tras tabú, incluso el sexo interracial […].
3. El diablo en la señorita Jones (The Devil in Miss Jones, 1975)
[…] La primera escena es un duchazo de agua fría para la platea calenturienta. La madurita Justine Jones se corta las venas y muere desangrada en la bañera. A continuación aparece en una sala donde un funcionario del más allá le informa de la complejidad de su caso para la burocracia celestial. En vista de que Justine llevó una vida intachable, incluso murió siendo virgen. Pero el suicidio la pone inevitablemente en lista de espera para el infierno. Como este será finalmente su destino, en retribución le ofrecen la posibilidad de “ganarse” el infierno: Regresar a la Tierra y desempeñarse por un tiempo en un pecado capital. Para alegría de todos, Justine elige la lujuria […].
[…] La primera escena es un duchazo de agua fría para la platea calenturienta. La madurita Justine Jones se corta las venas y muere desangrada en la bañera. A continuación aparece en una sala donde un funcionario del más allá le informa de la complejidad de su caso para la burocracia celestial. En vista de que Justine llevó una vida intachable, incluso murió siendo virgen. Pero el suicidio la pone inevitablemente en lista de espera para el infierno. Como este será finalmente su destino, en retribución le ofrecen la posibilidad de “ganarse” el infierno: Regresar a la Tierra y desempeñarse por un tiempo en un pecado capital. Para alegría de todos, Justine elige la lujuria […].
2. El sexo que habla (Le sexe qui parle, 1975)
Si Estados Unidos entusiasmó a las masas con una boca con propiedades vaginales, los franceses hicieron lo propio con Le sexe qui parle sobre una vagina con virtudes bucales, es decir, con un irritante don de la palabra. La vagina parlante es insultante, impositiva, egoísta y le importa un pito el refinamiento […].
1. Café Flesh (1982)
[…] es una de esas raras joyas del cine subterráneo, el Blade Runner del porno […].
P.d: De todas las mencionadas, sólo pude ver la pela con la atribulada Linda Lovelace, en una de esas inolvidables madrugadas del 2007.
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