En vez de escuchar a nuestro rechoncho mandatario, decidimos en ¡EsEpEqUeÑoSaLvAjE! olvidar (por ahora) la inflación aprista, paseando por Ollantaytambo. Recorrer ese hermoso distrito urubambino requiere de tiempo y paciencia. Nuestras 4 horas quedaron demasiado cortas. Plazuela repleta de girasoles y complejo arqueológico colmado de turistas. Eso sí, un llamado de atención para las autoridades competentes: muchas de las estructuras pétreas presentan erosiones. Grave descuido.
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