domingo, septiembre 16, 2007

CrÓnIcAs MaRcIaNaS ::: El baile de los que obran

¿Se puede vivir del baile? Pues claro que sí; y es más, se logra ser muy feliz haciéndolo. Así lo confiesan los entrevistados en esta simpática nota escrita a cuatro manos pero que más parece hecha a puro zapateo (*).


Texto: Susi Choqqepura - César Alberto Venero Torres
Fotos: César Alberto Venero Torres - Archivo fotográfico Convento de Santo Domingo – Qorikancha


Hoy es la segunda lección de Ballet de Yuliana Estrada, a la más pequeña del grupo esto no la pone nerviosa; muy por el contrario, sus graciosos desplazamientos son un verdadero desafío a las leyes de la gravedad. Todo esto sucede mientras que al otro extremo de sala, la mirada maternal de Katia del Pino sigue esos movimientos infantiles; pero ella no es su madre sino la atenta profesora de danza.

“Es tan agradable ver a esas criaturas, ellas me dan vida a mí. Yo vengo a mis clases y me olvido quien soy. No tengo idea de cuantas niñas han pasado por mis manos en estos más de 30 años de enseñanza, casi de manera silenciosa ya que soy pésima para ‘marketearme’. Por algún lado se enteran y vienen”. Comenta la Sra. Del Pino y nos es increíble pensar que son 63 calendarios los que lleva a cuestas. “Ante todo el ballet es una disciplina, es una arte maravilloso. A mi edad puedo hacer cosas que ni las quinceañeras intentarían”. Agrega sonriente, la también primera egresada en Dirección Coral del Instituto de Música Leandro Alviña Miranda.

CLASE MAESTRA
El ballet o danza clásica se desarrollo en Italia en los albores del siglo XVII, pero fueron los franceses y los rusos los que lo elevaron a la categoría de arte. En el Cusco no existen escuelas de danza clásica. Lo que se dictan son escasos cursos de danza moderna, aunque los objetivos obedezcan más a contribuir con la salud personal que con una formación profesional.

Carol Arzubialde, bailarina autodidacta, artista plástica y estudiante de turismo imparte cursos de una variante denominada Bio-Danza: “Mientras bailas se realiza un masaje interno de tu cuerpo y hace que tu columna vertebral estimule todo tu organismo. El estado de animo, la percepción y el caminar mejoran; mientras la predisposición de conversar y la retención mental están más claros, es decir todo el cuerpo irradia una energía de curación”. Además señala que “lo más importante es la predisposición del estudiante; que le guste la música y el ritmo te impulse a moverte. Para sentirse bien a través de la danza no es importante la contextura física. El cuerpo se modela con el tiempo”.

En la experiencia académica de Arzubialde, jamás la danza se presentó como un obstáculo: "Fue en la Escuela de Bellas Artes donde me encontré conmigo misma. En esos 5 años reconocí todas mis facultades creativas. Ahora que regrese a la facultad de Turismo, tengo planeado integrar las artes y con mi carrera. Creo importante, que un joven antes que empiece a tomar en serio una carrera profesional crezca como persona”.

DANZA LA RAZA
Pero es el gusto por la Danza Popular y Folklórica, lo que congrega más adeptos al baile en la ciudad. “La danza es un medio de expresión donde se manifiestan formas de vida y costumbres de los pueblos; cuando tú la ejecutas en el escenario, debes dejar tus problemas afuera y vivir lo que la danza quiere expresar , yo dejo de ser Maria Leonor Ferro para representar a una chumbivilcana o una paucartambina”. Nos comenta una antropóloga y docente del Instituto Antonio Lorena, después de su presentación en el Centro Qosqo de Arte Nativo (CQAN).

Es fácil entender que la profesión que uno escoge no siempre guarda relación con el baile, de tal premisa puede dar fe el Ing. Civil Walter Rozas, Director coreográfico del Centro Artístico Cultural Puno Rosendo Huirse: “Tanto el trabajo como los compromisos con el grupo ocupan mi tiempo de manera importante. En varias oportunidades, he tenido que dejar de laborar en obras para salir a ensayar por las noches y los fines de semanas”. A veces Rozas le es infiel a la danza, por terminar cediendo ante el más sublime de los sentimientos: “Porque a mis anteriores enamoradas no les gustaba la agrupación; siempre hay reclamos y discusiones pero tienen que entender la danza es una satisfacción y me llena el alma”.

SE ME VAN LOS PIES
Más que estar predispuesto al cadencioso zapateo; el gozo por el baile se halla en el torrente sanguíneo, así lo cree Luis Huayhuaca Villasante, Presidente del CQAN: “En Paucartambo, todos llevamos la música y la danza en la sangre. Yo nací en esa provincia folklórica y fui un bailarín popular. Fue en una presentación de 1961 en donde directivos del CQAN de ese entonces, vieron mis cualidades artísticas, desde ahí que me invitan a pertenecer a la institución y de esa experiencia han pasado casi cincuenta años”.

Al recordar su paso por las aulas universitarias, el antropólogo Huayhuaca refiere: “Que nunca fue un conflicto mi pasión por la danza, más bien se convirtió en un complemento porque una de las ramas de mi profesión es el folklore. Al inicio, no tenía un campo de acción bien definido, y recién aquí encontré una institución donde trabajar por la danza. Creo sentirme desarrollado”.

Ya sea Danza clásica, moderna, popular o folklórica, el deleite que produce el moverse al compás de una festiva melodía, siempre será impagable. Si no estimado lector, pregúntenle a la primera viandante que encuentre, seguro que esa persona se evidenciará tan alegre y graciosa como una niña en su segunda lección de ballet.


Nota de Editor: Reportaje publicado en el diario el Cusco el año pasado.

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