lunes, septiembre 10, 2007

CrÓnIcAs MaRcIaNaS ::: Leo luego existo




Ahora que el gobierno peruano busca infructuosamente que sus proyectos educativos para incentivar la lectura, no sigan dando mediocres resultados; en Forma hemos desempolvado un simpático reportaje (publicado el año pasado por este diario) sobre aquellas personas que están llamadas a realizar la peliaguda tarea de atraer lectores. Sin lugar a dudas, unos verdaderos “quijotes” de este mundo globalizado. (*)

Texto y fotos:
Susi Choqqepura
César Venero Torres

Bibliotecario.- Persona que tiene a su cargo el cuidado de una biblioteca. A veces un diccionario da una definición tan simplista y formal a las palabras, que nos preguntamos ¿si solo una frase resume el verdadero significado de una profesión? Pues no, y eso tampoco lo creen nuestros entrevistados al mostrarnos el lado más hermoso de sus respectivas faenas tras de estantes repletos de libros. Acá se coleccionan tantas historias apiladas como anécdotas vividas.

CUENTAME UN CUENTO
“Yo me hago bibliotecario por vocación, uno va descubriendo ciertas aptitudes y cariño hacia los libros. Leía revistas ‘Selecciones’ de pequeño, aprendí mucho con esos artículos. Cuando trabajas en una biblioteca debes aplicar tus propios criterios. Es vital no regirse a un sistema establecido, lo importante es cuando tu manejes una colección, encuentres rápido el texto, que la información sea accesible para ti y para el usuario, si eso no funciona, por más que tengas un buen catalogo, no sirves." Afirma el cordial Paulovi Silva, mientras despacha en la biblioteca del ICPNA. “Mi mayor responsabilidad es la formación de lectores, fomentando hábitos de lectura, si a uno le gusta la lectura quiere encontrar a gente que necesariamente comparta sus aficiones”.

Todos los sábados por las mañanas, una veintena de niños y jóvenes se congregan en una reducida sala de lectura, para intercambiar las emociones producidas gracias al repaso de un último cuento o novela leídos en la semana. Son estas rondas alrededor de las mesas circulares, las que enorgullecen a Paulovi. “Creo que es este un proyecto satisfactorio, pronto esto crecerá y tomará nuevos rumbos, la dirección la irá dando el mismo grupo, siempre con el cariño e impulso necesarios. No se debe ver a un círculo de lectura como elitista, lo bacán sería que gente que nunca haya leído pueda integrarse y así aprender”.señala Silva, autor intelectual del apropiado nombre con el que se conoce a su grupo de lectura: Leo luego existo.

SEÑOR, LIBRONOS DEL MAL

Ella tiene a su cargo más de 4000 libros relacionados a educación; y no parece inmutarse por tamaña responsabilidad. Muy por el contrario, su trato amable y divertida paciencia, la hacen inconfundible entre sus renegones colegas. “La clave es la actitud, coger el gusto al trabajo para que puedas brindar un buen servicio. En estos 26 años como bibliotecaria he aprendido a respetar a un libro. No hay texto que no te enseñe. Mas que un objeto inanimado el libro es un buen consejero, al darte puntos de meditación que no encuentras en las personas”. Julia Rodríguez labora en la sección bibliográfica de la Asociación Pukllasunchis ; ella formula un sinnúmero de preguntas a los usuarios desesperados para agilizar sus búsquedas.

La profesión de un bibliotecario es una verdadera labor social que requiere de sus miembros un máximo esfuerzo y abnegación, aun cuando parezca que la guerra contra la apatía esté perdida. “El peruano no lee, solo viene hacer su trabajo del colegio, universidad o empleo. No hay auto-formación permanente. Esto es una experiencia triste” finaliza Julia al mismo tiempo que atiende a las traviesas escolares del colegio de señoritas cercano a la biblioteca.

ENEMIGO MIO
Existen tantas clases de bibliotecas como tipos de bibliotecarios hay en el mundo. Entre ellas recordamos a Las bibliotecas populares (1987 – 1992) que se implementaron en zonas urbanas marginales del Cusco, gestionadas gracias a donaciones municipales. “Estos se convirtieron estos en centros sociales y culturales de las comunidades. Los mismos pobladores se encargaban del funcionamiento de la biblioteca. Los chicos de cada grupo barrial dejaban los vicios, mostraban tal disposición y empeño que daba gusto visitarlos". Comenta Ana Tristán, antigua animadora cultural de este fenecido intento. “Al ganar espacio y cobertura de servicios, las bibliotecas comunales se convirtieron en centros de formación política (ya que se discutían y analizaban textos) Esto fue aprovechado por Sendero Luminoso, infiltrándose en muchas comunidades, Era difícil diferenciar entre los jóvenes subversivos y los que no se involucraban con el terrorismo”. Agrega sin mitigar su pena la actual encargada de producción de material educativo del Colegio Pukllasunchis.

La utilización de la informática ha revolucionado el ámbito bibliotecario. Por medio de ordenadores; los usuarios pueden realizar consultas sobre temas diversos en bases de datos, leer información almacenada en unidades digitales y acceder a Internet. Lo señalado anteriormente, no parece ser un inconveniente para el curtido Juvenal Zamalloa. “Las bibliotecas virtuales no han alejado a nuestros lectores porque es más fácil y cómodo buscar información en los libros. Nunca desaparecerán las bibliotecas, debido a que en el Internet solo se buscan datos generales”. El coincidir con casi los 30 compañeros de la Biblioteca Central Universitaria, ha vuelto reflexivo a Don Juvenal: “A veces he prestado mi propios libros. Muchos piensan que este es un lugar donde se guardan libros pero para mi es la continuación del saber. Todas las ciencias humanas reunidas en un solo lugar”.

LEER ES PODER
Hay algo por lo que Marco Castro es único, haber estudiado bibliotecología gracias a los caprichosos golpes del destino “Por un error, confundí la carrera de Ciencias de la Información con las de Comunicación. Así que cambie el periodismo por la bibliotecología. Me enamore de la carrera gracias a mi catedrática” confiesa el presente jefe de procesos técnicos de la Biblioteca Municipal.

La conformación de ‘Bibliotecas en red y ciudadanía’, es el proyecto más ambicioso impulsado por la Asociación Qosqo Maki, sus entusiastas animadores no pueden ocultar su felicidad ante su consolidación: “Brindamos un espacio en el cual niños y adolescentes puedan expresarse libremente desde un enfoque de derechos, gracias a actividades de promoción a la lectura. Los bibliotecarios darán una función complementaria a la de entregar libros. Es decir ayudar, escuchar y aconsejar. Se beneficiaran sobretodo los niños y adolescentes trabajadores de la calle”.Tanto Joel Molina, Hypatia Flores y Sandra Ascencio auguran que la próxima etapa del plan, servirá a más de 3000 infantes.

Si todavía piensas que el bibliotecario es la persona que solo le limita a sacar libros de los anaqueles para entregarlos al lector. Te regalamos una de las más elocuentes frases que hayamos en el libro de Gaston Litton (gentilmente proporcionado por uno de nuestros entrevistados): “Ser bibliotecario es tener conciencia de que se esta investido de un cargo, en el sentido más completo del termino, desempeñando una función que al mismo tiempo es una dignidad”.

Nota corregida y publicada el martes 11 de septiembre en el suplemento cultural Forma del Diario del Cusco

(*) Nota de editor: En la actualidad, algunos de los entrevistados ya no desempeñan dichas funciones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es interesante, aunque ya hace un tiempo que lo publicaron, pero espero que las cosas se den para que cada persona siga creciendo...Un saludo